De fondo, un palo de hormigo convertido en marimba, deja en
su interpretación un ambiente melancólico y frío.
Hace que me sienta sólo, triste; pero esa soledad y tristeza
se disipan al pensar en ti, al pensar en tus manos y al recordarlas, las siento
y al sentirlas el frío del ambiente, también desaparece.
Quisiera tener el abrigo de tus manos por siempre y al
tenerlas, tenerte a ti, porque ese día cualquier melodía sonará con el encanto
de primavera.
La vida seguirá su rumbo, el mundo su traslación, pero yo
jamás te olvidaré, ni a tus manos; esperaré y si algún día Dios lo decide y tú
lo decides también, guardaré por el resto de mi vida, entre las mías, TUS
MANOS.
Eduardo Sotomora Fuentes.
*Invitado
1 comentario:
Corto pero deja una bonita sensación de profundidad. Felicitaciones a tan honorable invitado. Carolinach
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