Con tu
presencia frecuente por las noches
le soy infiel a mi fiel compañera, la soledad.
Eres la
causa de mi pecado, de volverme impuro…
Eres la
melodía de fondo que no existe pero que está allí,
la
caricia que ha distancia me arropa del frío,
el beso
que espero y no llega, pero ilumina todo,
el aroma
de tu esencia que perfuma mi existencia,
eres el
centro de mi inspiración cuando cierro los ojos
y
escucho tu voz.
Eres más
de lo que imaginas, cuando te imagino…
¿Qué es
esto que hacemos? Nos pasamos en vela
interactuando,
sintiendo
nuestras presencias tan cerca a miles de kilómetros y
construimos
barreras para no estarlo.
Ven y
tómame de la mano,
no
dejemos pasar cien años para convertirnos en uno,
qué es
de uno cuando se trata de dos,
déjame
fundir mi ser con tu alma mientras siga vivo,
no
permitas que muera sin ser millonario al no estar a tu lado.
Si existes
y no eres una alucinación,
y vives
en mi pensamiento todo el tiempo…
¿Por qué
hacer más largo éste cuento?