Se me olvidaba que los grandes también se hacen pequeños,
Que los inteligentes se vuelven más pendejos,
Que la vida es un cuaderno,
y en la memoria se hace libro,
con personajes predecibles
como el héroe desplomado, el transparente sucio, el invaluable vendido,
el invencible derrotado, las flaquezas nutridas y la valiente cobardía.
Se me olvidaba que al amor lo borra la traición,
y aunque los daños se borran con los años,
ésa deja huellas
que atropellan el camino a la razón.
Olvidé que la magia adrede en los humanos es un truco,
porque la real nace a cada instante, entre corazones,
Y la vida se compone de historias contadas por momentos,
que más vale olvidar o recordar.
Pero, hasta ahora no recordaba,
Que no hay una única gota derramada,
Ni hay un solo día a la semana,
Pues no hay soledades puras,
Aún en lo mas lejos donde estemos,
En ellas encontramos empatías, tragos servidos para manos vacías,
Y en la mejor de las fortunas, en ellas nos encontramos,
entre tanto,
a nosotros mismos tal cual.
Hoy solo queda recordar que la felicidad es digna,
y aún no existe el mercado de dignidades,
El precio lo vas pagando en el camino,
Entre acciones y elecciones indelebles
Que no aceptan rebajas ni descuento,
Pues la cuota es justa,
Y hay que intentar vivir con el ajuste personal de precios,
Y si no cubre el valor, la pena o el coraje,
Pues habrá que negociar.
Mafer Barrios
*Invitada
